Por: Karen Ramírez
Cientos de pequeños siguen asistiendo a la Feria Internacional del libro, y es la zona infantil la que resulta, por naturaleza, más concurrida. Una explosión de colores rodea todo el lugar, con stands llenos de personajes caricaturescos, cientos de libros para niños de todas las edades y actividades interactivas que logran atraer incluso a los padres.
¡Odio la sopa! es uno de los talleres más populares que encontraremos en esta zona, en el mismo protagonizan los personajes de Mafalda, los cuales invierten sus papeles para crear ellos a un Quino según la personalidad de cada uno de ellos: para Susanita podrá ser alguien romántico, mientras que para Manolito será un importante empresario; al final de la actividad los niños que participen en este taller podrán llevarse su viñeta impresa. Para los futuros hombres y mujeres de negocios se creó el taller de educación financiera, en el cuál los niños aprenderán a ordenar, comprenderán la fórmula de ahorro y el crédito, superando algunos divertidos retos.
Mientras los niños se divierten aprendiendo, los padres pueden tomar asiento y disfrutar de alguna bebida o tentempié. “A los niños desde pequeños les vas formando el hábito de la lectura que en la mayoría de los adultos no está inculcado, se me hace muy importante que apliquen esto de una manera divertida con los talleres, para que los niños tengan la costumbre de leer”, comenta Laura Cárdenas mientras espera a su hijo que se encuentra en el taller Espiragramas, el cual tiene como tema central la poesía.
El entusiasmo no deja de ser evidente, “me gusta mucho leer, me compraron el libro de Peppa”, comenta emocionada Regina de 6 años, que visitó la Feria acompañada de sus papás y su hermana.
No hay duda de que cada edición de FIL supera a la anterior, y son los niños uno de los pilares máximos para continuar emprendiendo en todos sentidos y promover la lectura.
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