El segundo filme en el que Gael García se sienta en la silla de director, Chicuarotes, llega este 27 de junio a las salas de cine.
Una realidad que pareciera expandirse a muchos rincones del país es reflejada en Chicuarotes, una película que retrata a la violencia como resultado de las circunstancias económicas y sociales de la juventud.
Dirigida por Gael García Bernal y protagonizada por Benny Emmanuel, Gabriel Carbajal y Leidi Gutiérrez, este filme muestra un contexto social muy propio de México, un país azotado por el crimen en sus diversas esferas, pero que además llama a la reflexión ante la falta de empatía por el prójimo, derivada también del mismo clima que la inseguridad e injusticia ha generado.
En Chicuarotes, García Bernal demuestra además que su lugar en la silla de director está muy bien perseguido; y si bien la película comienza un poco lenta, conforme el espectador se adentra en la historia del «Cagalera» y el «Moloteco», termina inmerso en la aventura que estos personajes y sus círculos están viviendo, a pesar de las difíciles circunstancias.
SINOPSIS: Chicuarotes trata acerca de ‘el Cagalera’ y ‘el Moloteco’, dos chicos que buscan desesperadamente salir de la situación y de su pueblo natal. La travesía inicia cuando un amigo de ellos les habla de la posibilidad de comprar una plaza en el sindicato de electricistas, para lo cual idean distintas formas de juntar el dinero y poderse ir junto con Sugehili, la novia de ‘el Cagalera’. Esto los lleva por una aventura juvenil que desemboca en un tornado del mundo criminal.
El elenco lo complementan otras grandes figuras de la pantalla nacional, como Dolores Heredia y Daniel Giménez Cacho, quienes brillan en sus personajes; una madre de familia víctima de violencia doméstica y cuyas prioridades tienen que transformarse repentinamente para tomar una decisión trascendental para el seno familiar, y un ex convicto insoportable en hábitos e intenciones. Otras «chispas» se prenden ocasionalmente con más personajes, con los que muchos se pueden identificar sin dejar de lado el contexto actual y las aspiraciones a un destino mejor.
Chicuarotes tiene todo para garantizar una placentera experiencia en la sala de cine, y a su vez despertar algo en el interior, quizás para tender la mano a alguien, o para ampliar la capacidad de discernir entre el bien y el mal. Cruda, pero equilibrada, real pero entretenida, así es como esta película llega a partir de este 27 de junio de 2019 a los cines nacionales (tras una exitosa presentación fuera de competencia en la pasada edición del Festival de Cannes).
¿Imperdible? Sin duda, sobre todo en una época en la que la oferta cinematográfica mexicana, a pesar de constante, carece de una verdadera intención que vaya más allá de «entretener» a la audiencia con comedias innecesarias y personajes inmemorables. Chicuarotes no entra en lo convencional y exhibe una realidad de una manera casi sublime para comprender en parte el origen de la violencia en México.
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