Según cifras de la Secretaría de Educación Pública, en el ciclo escolar del último año más de 3 millones de estudiantes en el país ingresaron al nivel superior para continuar con sus estudios de licenciatura, con todo y los desafíos que representó el más de año y medio de clases a distancia o en línea a causa de la emergencia sanitaria.
El sistema educativo y los núcleos familiares se transformaron: la participación de los representantes de familia y los adultos responsables del hogar fue clave durante el tiempo de contingencia para encausar a estudiantes de todos los niveles en su educación y, en el caso de quienes concluyeron o están por concluir el nivel medio superior, ayudarlos en una decisión asertiva en cuanto a su educación universitaria.
En ese sentido, uno de los mayores retos es la elección de carrera y la orientación vocacional. De acuerdo con reportes del Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social (IIPCS), aproximadamente el 40% de los jóvenes mexicanos se equivoca al elegir carrera, muchas veces motivados por cuestiones económicas, de prestigio o presión social y familiar al momento de tomar su decisión.
Andrea Valenzuela, Rectora Académica de la Universidad Latinoamericana (ULA), asegura que “la orientación vocacional empieza con la comunicación abierta y clara con los hijos. Teniendo en cuenta el contexto actual y las características de las nuevas generaciones, los padres y madres deben considerar aspectos como el desarrollo de habilidades suaves (soft skills) para orientarlos, pues éstas son de gran apoyo sin importar el área en la que se desarrollen”, explica la académica.
Otro factor que deben tomar en cuenta es que lo único constante es el cambio. Con el desarrollo tecnológico y la innovación, actualmente existen carreras nuevas que hace una década no existían, por lo cual las oportunidades son más globales e internacionales en estos tiempos.
El rol de los padres y madres en ayudar a sus hijos a elegir la carrera universitaria idónea es importante para el desarrollo de su educación, y también para fortalecer el sistema educativo y laboral del país. “Los padres no deben motivar ni imponer sus gustos o recomendaciones para elegir una determinada carrera o área de estudio, sino más bien acompañar, preguntar y estar cerca de sus hijos para que sean ellos quienes tomen la decisión, y se sientan seguros y apoyados”, advierte la Rectora Andrea Valenzuela.
Lo ideal es que tanto papá como mamá ayuden a los hijos a generar un verdadero autoconocimiento de quiénes son, cuáles son sus fortalezas, debilidades, gustos y hobbies para lograr una elección coherente. También es importante que los motiven a estudiar un grado universitario, pues con ello desarrollarán habilidades, conocimientos técnicos y redes de apoyo para tener una carrera exitosa.
“Es importante transmitirles que nuestra realidad se transforma a través de la educación. Vivimos un mundo cambiante y una sociedad con diversos contextos, tanto económicos como sociales, y dinámicas laborales retadoras. Como padres es nuestro deber ayudar a nuestros hijos a elegir una institución educativa capaz de identificar las condiciones del entorno nacional e internacional, y que tenga estrategias claras de crecimiento y desarrollo para sus estudiantes”, detalla la rectora de la ULA.
En cuanto a técnicas enfocadas para orientarlos en su elección, la experta recomienda hacer preguntas y propiciar espacios donde los hijos busquen las respuestas a sus propios dilemas (ahora existen muchas fuentes para tomar una decisión informada), pero siempre acompañados de los adultos.
Finalmente, aunque no existe una edad exacta recomendada para iniciar la orientación vocacional, es muy importante que padres y madres observen a sus hijos desde que inician su desarrollo académico en los primeros años, pues así llegarán al momento de la decisión con mayor confianza y claridad.
“Los pasos a seguir o ideas para lograr esto son: 1. Ser pacientes con el proceso de los hijos, es decir, no presionarlos a tomar una decisión apresurada. 2. Crear un entorno en el que los hijos se sientan libres y contenidos para expresar sus dudas, miedos e inseguridades. 3. Motivarlos a acceder a información, es decir, que sean los hijos quienes revisen la oferta académica, las opciones que existen y tomen una decisión basada en la información que tienen. 4. Ayudarlos a que se conozcan, con el fin de que tengan claras sus habilidades, intereses y gustos. 5. Tener claridad de cuáles son los deseos de los padres y cuáles son los deseos de los hijos, para no imponer deseos y dejar que los hijos encuentren su propio camino”, puntualiza Andrea Valenzuela.
Sin duda, lo mejor que pueden hacer padres y madres es acompañar activamente a sus hijos en el proceso de elección de una carrera universitaria, mantener una conversación permanente y abierta para entender sus inquietudes, y motivarlos para que continúen sus estudios con compromiso una vez que hayan tomado su decisión.
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