«Resurrección» es una película a manera de documental que retrata la vida, proceso y «muerte» de lo que en algún tiempo se conoció como el niagara mexicano. La cuál se encuentra ubicado en el municipio de El Salto, Jalisco, tan sólo la séptima cascada más grande del mundo, dichas cascadas que corresponden al afluente del río Santiago conocido por los antiguos indígenas como Chicamahuapan.
De esta maravilla natural, no queda nada hoy en día, ha dejado de ser un referente turístico para la región, la fuente de alimentación de miles de familias, el ecosistema habitad de cientos de variedades de peces, aves e insectos; todo eso quedó a manera de recuerdo de las generaciones más grandes del poblado. Para convertirse en el depositario de los desperdicios de las fábricas y desarrollos habitacionales que han festado la región en las últimas décadas.
Junto al ecocidio se encuentran los daños a la salud en los pobladores que habitan en torno al río. Daños que van desde enfermedades graves en la piel hasta la muerte.
Este es precisamente el tema central del documental, el cual fue parte desde el 2017 del festival ambulante, obra de fallecido Director mexicano, ganador de 4 Arieles: Eugenio Polgovsky, que hace una denuncia de uno de los casos de ecocidios más grandes del país.
Las imágenes de este gran daño que se ocasionó por la negligencia de varias empresas, lo vimos una y otra vez en la pantalla; la espuma que flota por los aires , los miles de peces muertos a las orillas del cauce, la basura, el olor pestilente que percibe la gente al estar cerca, los transeúntes y habitantes usando tapabocas por los olores y para no contraer ninguna enfermedad. Los avances también los refleja este documental, han sido nulos.
Las autoridades de protección del medio ambiente negadas a dar solución y las empresas que no ignoran el daño pero parece no importarles. Todo esto está implícito en la más de hora y media de rodaje.
Sólo que esta puesta en escena carece de un reportero a cuadro que nos explique la situación, tampoco lo refuerza una “voz en off” que nos acompañe. Por el contrario, contamos con la viva voz de los principales testigos y afectados por el problema: los habitantes de esta comunidad en decadencia.
Ese tipo de rodaje, no demeríta de ninguna manera el trabajo, en el cuál se muestra el gran daño que se ha hecho a lo largo de los años. Sin embargo la carencia de estos elementos escenciales en un documental, como lo es la voz en off o los reporteros que te acompañan a lo largo de la cinta, sin duda alguna es un punto que influye mucho en la atención que le prestas al filme.
Es la captura de testimoniales audiovisuales que nos llevan desde el recuerdo de los tiempos pasados, que siempre fueron mejores, hasta el presente en el que se ha perdido esperanza, donde el problema lejos de llegar a una solución se encuentra empeorando cada día más sin nada aparentemente lo pueda evitar.
El mensaje es crudo y directo, esto provocado por el tipo de narrativa tan gráfica y cotidiana, es un llamado a dejar de mirar al otro lado y buscar la manera de apoyar la causa, por la población directamente afectada pero también por detener el deterioro ambiental que se acelera exponencialmente día a día.
El mensaje central es sin duda una problemática real, en el cuál se tienen que tomar cartas en el asunto por parte de todos los habitantes. Sin embargo el trabajo de llevarlo a la pantalla grande para retratarlo no es necesariamente la mejor. Con tomas largas y cansadas, carentes de una voz que lo acompañe.
Le doy 2 / 5 estrellas a este documental.
Resurrección se encontrará disponible próximamente en salas de Cinépolis y Cinemex.
Tráiler:
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