Definitivamente el dinero no puede comprar el perdón; el ascenso de Katy Perry como una de las celebridades más ricas e influyentes no ha venido sin llevarse una que otra disputa con los círculos de los que fue parte, incluido -por no decir el único- el religioso.

Al parecer hay dos propietarios y ninguno de ellos es Dios.

Recientemente la cantante ha puesto el ojo en una propiedad que pretende adquirir con su nada escueto salario, un terreno de varias hectáreas con una serie de maravillosas vistas al centro de Los Angeles, California; el pequeño detalle es que se trata de un convento, cuya negociación no tiene precisamente a pocas personas molestas.

Según un medio local, las pretenciones inmobiliarias de Perry ya mantienen una disputa con la congregación de siervas Hermanas del Inmaculado Corazón de María que viven en el convento de Los Feliz, en esa ciudad, así como con el Arzobispo, pues al parecer existen algunas cláusulas ambiguas respecto a quien posee la entera disposición de la propiedad para su comercialización, derivando en un conflicto entre José Gómez (arzobispo) y las religiosas.

Las disputas religiosas no son ajenas a Katy Perry, pues anteriormente sus mismos familiares manifestaron su rechazo a la música y estilo nada conservador de la cantante, a quien catalogaron de maligna.

CrealaTV tiene que saber: ¿A quién le van en esta batalla de proporciones celestiales?