Los oscuros años medievales no solo fueron siniestros para las personas que los vivieron, pues existe evidencia de que ningún ser vivo estaba a salvo de la cruel inquisición.
¿Cómo es esto?
Los ratones de campo y orugas, así como las sanguijuelas que devoraban peces, padecieron de la excomunión. Una decisión que autorizaba a las personas a romper la regla de que “todo ser vivo es creación divina”, lo que aligeraba el cargo de conciencia.
Los puercos no se escaparon de ser señalados por sus crímenes. En mil cuatrocientos cuatro, tres cerdos fueron sacrificados por asesinar a un niño en su cuna. Otro más fue acusado de arrancarle las extremidades a un infante y condenado a sufrir el mismo castigo. Los dueños también corrían con las culpas, y debían expiar sus pecados cumpliendo penitencias.
Nadie estuvo a salvo del régimen religioso. Toros y vacas cumplieron sentencias por sus salvajes actos.
Los gatos fueron categorizados como indeseables debido a sus actitudes hurañas y su relación con el paganismo, representados por los artistas de la época como criaturas siniestras de las cuales mejor convendría mantenerse alejado. Dejándole a la historia una noción de la ideología medieval, y al internet, una fuente inagotable de memes.
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